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La tomografía computarizada, también denominada como tomografía axial computarizada o TAC, se ha convertido en una de las técnicas de diagnóstico por imagen más utilizadas. Se trata de un procedimiento que utiliza un equipo especial de rayos X y computadoras avanzadas para obtener imágenes tridimensionales con diferentes cortes del cuerpo.

Desde su introducción clínica en 1971 ha experimentado sucesivos avances que han permitido su aplicación en diferentes campos de la medicina. Actualmente, se recurre a la tomografía computarizada para diagnosticar trastornos como el cáncer, afecciones cardiovasculares, procesos infecciosos, traumatismos y enfermedades del aparato locomotor. En el siguiente artículo, analizamos cómo funciona, para qué sirve y cuál es el origen y la evolución de esta prueba diagnóstica.

¿Cómo funciona un TAC?

Para realizar este diagnóstico por imagen, se utiliza un sistema de tomografía axial computarizada que incorpora unos escáneres de rayos X que generan imágenes tridimensionales con diferentes cortes del interior del organismo.

Estos cortes producidos reciben el nombre de imágenes tomográficas y permiten estudiar diversas regiones internas del cuerpo, desde órganos, huesos y tejidos blandos hasta vasos sanguíneos. A diferencia de la radiografía, que solo proporciona una representación bidimensional, el TAC permite observar las imágenes de forma tridimensional. Con ello, se puede analizar los tejidos con mayor detalle y claridad. Otro de los aspectos a destacar es que el escáner de TAC utiliza una fuente de rayos X y cuenta con una radiación ionizante superior a las de una radiografía.

Durante el procedimiento, el escáner de TAC gira alrededor de la abertura circular de una estructura en forma de rosca llamada Gantry. El paciente permanece recostado en una cama y se inserta en el interior del escáner para que el especialista puedan analizar los tejidos. Los detectores de rayos X se localizan frente a la fuente de rayos X y generan una serie de imágenes a través de diferentes cortes. Posteriormente, son trasmitidas a una computadora donde se puede visualizar y analizar el interior del organismo.

Medio de contraste en el TAC

Al igual que ocurre en las radiografías, es fácil obtener imágenes de las estructuras densas dentro del cuerpo, como por ejemplo los huesos. Sin embargo, los tejidos blandos son más difíciles de visualizar. Por ello, se han desarrollado medios de contraste que incrementan la visibilidad de los tejidos durante una radiografía o TAC. Contienen un conjunto de sustancias que son seguras para los pacientes y permiten detener los rayos X, por lo que los órganos se verán con mayor detalle en la prueba.

Por ejemplo, para examinar el sistema circulatorio, se inyecta en el torrente sanguíneo un medio de contraste intravenoso a base de yodo para iluminar los vasos sanguíneos.

¿Para qué sirve el TAC?

El TAC se utiliza como prueba de diagnóstico clínico, en los estudios de seguimiento para analizar el estado de salud del paciente, en la planificación de tratamientos de radioterapia e, incluso, para el cribado de personas asintomáticas que cuentan con factores de riesgo específicos. Una tomografía computarizada crea imágenes detalladas del cuerpo, que incluyen el cerebro, el tórax, la columna y el abdomen. En concreto, podemos destacar los siguientes usos:

  • Ayudar a diagnosticar la presencia de un cáncer o tumor. Es una de las técnicas más utilizadas para examinar la presencia de cáncer colorrectal y cáncer de pulmón.
  • Obtener información acerca del estadio de un cáncer.
  • Determinar si un cáncer reacciona al tratamiento.
  • Detectar el regreso o recurrencia de un tumor.
  • Diagnosticar una infección.
  • Técnica de apoyo para guiar un procedimiento de biopsia.
  • Guiar algunos tratamientos locales, como la crioterapia, ablación con radiofrecuencia y la implantación de semillas radiactivas.
  • Planificar la radioterapia de haz externo o la cirugía.
  • Estudiar los vasos sanguíneos.

¿Cuándo surgió la tomografía computarizada?

La tomografía computarizada se introdujo en 1971 como una modalidad de rayos X que permitía obtener imágenes axiales del cerebro, por lo que era un método clínico que se utilizaba específicamente en el área de la neurorradiología. Su evolución ha convertido al TAC en una técnica de imagen versátil con la que se obtienen imágenes tridimensionales de cualquier área anatómica. Actualmente, se trata de un equipo de diagnóstico por imagen que cuenta con una amplia gama de aplicaciones médicas en oncología, radiología vascular, cardiología, traumatología o radiología intervencionista.

La evolución: De sus inicios hasta la actualidad

En 1971, se desarrollaron los primeros escáneres TAC de uso clínico. Durante estos primeros años, se utilizaba el escáner- EMI, con el que se podían obtener datos del cerebro y el tiempo de cálculo por imagen era de unos 7 minutos en total. Poco tiempo después, se desarrollaron escáneres aplicables a cualquier parte del cuerpo. En 1973, se empezaron a usar los escáneres axiales, cuyos equipos solamente contaban con una única fila de detectores de rayos X. Posteriormente, fue cuando surgieron los escáneres helicoidales o espirales, que incorporaban múltiples filas de detectores, por lo que su uso clínico tuvo una amplia difusión y son los que se utilizan en la actualidad.

Equipos TAC actuales: Principales mejoras y tipos

La evolución del equipamiento médico ha permitido obtener notables mejoras. En los sistemas actuales, la calidad de la imagen ha mejorado considerablemente y ofrecen tanto una resolución espacial como una resolución de bajo contraste. Además, hoy en día, también se dispone de escáneres TAC diseñados para aplicaciones clínicas específicas. Entre ellos, podemos destacar:

  • Equipos de TAC específicos para la planificación de tratamientos en radioterapia: Estos escáneres ofrecen un diámetro de abertura mayor del habitual, por lo que permiten un estudio con un campo de visión más amplio. De este modo, las imágenes que se generan cuentan con mayor detalle y claridad.
  • Equipos híbridos que integran escáneres de TAC con otras técnicas de imagen: Actualmente, existen soluciones híbridas. Entre ellas, podemos destacar el escáner TAC que incorpora un tomógrafo por emisión de positrones (PET) o un tomógrafo de emisión de fotón único (SPECT).
  • Escáneres especiales para nuevas indicaciones en diagnóstico por imagen: Se han desarrollado equipos de TAC “de doble fuente”, que están equipados con dos tubos de rayos X, y también equipos de TAC “volumétricos”, que incorporan hasta 320 filas de detectores, lo que permite obtener datos completos de los órganos analizados en un único uso.

Principales riesgos

Las pruebas por tomografía computarizada pueden realizar diagnósticos sobre enfermedades y afecciones graves, como cáncer, hemorragia o coágulos de sangre. Un diagnóstico temprano es fundamental para poner solución cuanto antes y poder salvar vidas. Sin embargo, es cierto que es una prueba que presenta algunos riesgos que es importante analizar:

Rayos X

Uno de los principales riesgos del TAC es que utiliza los rayos X, que producen radiación ionizante. Este tipo de radiación puede tener determinados efectos en el organismo y se trata de un riesgo que aumenta con el número de exposiciones a las que se somete una persona. No obstante, el riesgo de desarrollar cáncer por la radiación que emiten los rayos X es generalmente bajo.

Uso en embarazadas y niños

En el caso de las mujeres embarazadas, no existen riesgos para el bebé si el área del cuerpo donde se realizan las imágenes no es el abdomen o la pelvis. Pero, los profesionales médicos suelen realizar exámenes que no utilicen radiación, como la resonancia magnética o el ultrasonido. En cuanto a los niños, son más sensibles a la radiación ionizante, ya que tienen una esperanza de vida más larga y el riesgo a desarrollar cáncer puede ser mayor en comparación con los adultos.

Reacciones al medio de contraste

Por otro lado, otro aspecto a destacar es que algunos pacientes pueden tener reacciones alérgicas al medio de contraste y, en casos muy puntuales, insuficiencia renal temporal. Ante esta situación, no deben administrarse medios de contraste intravenoso a pacientes con función renal anormal.

Como hemos podido analizar, la tomografía computarizada o TAC resulta de gran utilidad para analizar de forma detallada y precisa ciertos tejidos y órganos internos. Mediante los rayos X, se pueden estudiar ciertas afecciones o enfermedades graves, por lo que es fundamental para el diagnóstico clínico y su aplicación en diferentes campos de la medicina.

Bibliografía

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MedlinePlus. (s.f.). Tomografía computarizada. Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU. Recuperado de https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003330.htm

Kiko Ramos

CEO de 4D Médica. Experto en comercialización y distribución de equipamiento médico.

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