Les radioprotección es el conjunto de medidas, normas y prácticas destinadas a proteger tanto a las personas como el medio ambiente y el entorno de los efectos perjudiciales de la radiación ionizante. En el ámbito clínico, la radioprotección tiene como objetivo garantizar que el uso de la radiación en procedimientos diagnósticos y terapéuticos sea seguro para los pacientes y para el personal sanitario, minimizando los riesgos asociados.
¿Qué es la radioprotección?
Les les rayonnements ionisants es una herramienta fundamental en la medicina moderna. Se emplea en procedimientos de imagerie diagnostique que utilizan los rayos X, como la radiografía convencional, la radiología digital, la fluoroscopia, la tomografía computarizada (TAC) y la radiología intervencionista, una rama de la radiología que diagnostica y trata diversas patologías mediante procedimientos mínimamente invasivos. A su vez, también se utiliza en tratamientos de radioterapia, cuyo objetivo es la destrucción de células y tejidos tumorales mediante la radiación, y en la medicina nuclear.
Sin embargo, su uso indebido o excesivo puede tener consecuencias nocivas para la salud de las personas. Entre ellas, destacan los daños en los tejidos o el incremento del riesgo de cáncer a largo plazo. Por este motivo, tiene una gran importancia en el entorno clínico y requiere de una gestión adecuada. En este sentido, la disciplina de la Protección Radiológica, en la que trabajan profesionales como físicos, médicos, biólogos e ingenieros, actúa para que el desarrollo y la aplicación de tecnologías que utilizan radiaciones ionizantes sean seguras.
Principios básicos de la radioprotección
El Sistema de Protección Radiológica se basa en tres principios fundamentales que han sido establecidos por la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP):
1. Justificación
Todo procedimiento que implique el uso de radiación ionizante debe estar médicamente indicado. Esto significa que los beneficios del procedimiento deben superar claramente los riesgos asociados a la exposición radiológica.
2. Optimización (Principio ALARA)
La exposición debe mantenerse “tan baja como sea razonablemente posible”. Este principio recibe el nombre de ALARA por sus siglas en inglés y garantiza que se utilice la menor dosis necesaria para obtener resultados clínicos.
3. Limitación de dosis
Se deben establecer límites estrictos de dosis para proteger tanto al personal sanitario como a los pacientes, evitando que la exposición supere los niveles considerados seguros. Este principio se orienta a la protección de las personas que se exponen a fuentes de radiación.
Aplicación del Sistema de Protección Radiológica en el entorno clínico
En el entorno clínico, el Sistema de Protección Radiológica se aplica a través de un enfoque estructurado que incluye los siguientes aspectos:
Diseño y mantenimiento de las instalaciones
Las salas de Rayons X, tomografías computarizadas o TAC y radioterapia deben estar equipadas con blindajes adecuados que minimicen la dispersión de la radiación. A su vez, resulta fundamental realizar inspecciones periódicas para garantizar el correcto funcionamiento de los equipos médicos y que no emitan una dosis de radiación innecesaria.
Control de calidad de los equipos
Se deben implementar programas de mantenimiento preventivo y calibración para asegurar que los equipos operan de forma eficiente dentro de los límites establecidos. Otro aspecto clave es incorporar tecnologías avanzadas que permitan ajustar automáticamente las dosis de radiación según las características del paciente. Para ello, el equipamiento médico de radiología digital permitirá optimizar la cantidad de radiación, incrementando la seguridad en el entorno sanitario, tanto para el personal médico como para los pacientes.
Formación del personal
Una de las estrategias para fomentar la radioprotección en el ámbito clínico es capacitar a los profesionales sanitarios sobre el uso seguro del matériel médical que emite ondas ionizantes y que, a su vez, tengan conocimiento sobre los tres principios de radioprotección. De este modo, a través de una adecuada formación, se podrá promover una cultura de seguridad que asegure la aplicación de buenas prácticas en el trabajo diario dentro del sector sanitario.
Medidas de protección radiológica
La protección radiológica en el entorno clínico es fundamental para garantizar la seguridad de los pacientes y del personal sanitario frente a los riesgos asociados a la radiación ionizante. Para ello, se implementan diversas estrategias y herramientas diseñadas para minimizar la exposición innecesaria, respetando los principios de justificación, optimización y limitación de dosis.
Protección del personal sanitario
El personal que trabaja en áreas donde se utiliza radiación ionizante debe estar adecuadamente protegido para evitar una exposición acumulativa que pueda representar un riesgo a largo plazo. Entre las principales medidas se incluyen:
- Equipos de protección personal (EPP): Los profesionales deben utilizar delantales plomados, protectores tiroideos, gafas plomadas y guantes que estén diseñados específicamente para reducir la exposición directa a la radiación.
- Monitoreo de dosis: Es obligatorio que el personal sanitario registre la cantidad de radiación acumulada. Este monitoreo permite asegurar que la dosis no supera los límites establecidos por las normativas vigentes.
- Rotación del personal: Para minimizar el tiempo de exposición, se organiza la rotación del personal en tareas que implican el manejo de equipos emisores de radiación. De esta forma, se distribuye equitativamente la carga de exposición.
Protección del paciente
Los pacientes también deben estar protegidos de la exposición innecesaria a la radiación, especialmente considerando que suelen estar expuestos de manera puntual pero con altas dosis en algunos procedimientos diagnósticos o terapéuticos. Las medidas más relevantes son:
- Colimación: Es fundamental limitar el área del cuerpo que se expone a la radiación, utilizando sistemas de colimación que enfoquen el haz de radiación solo en la zona de interés. Esto reduce la cantidad de tejido irradiado y, por ende, los riesgos asociados.
- Protocolos optimizados: Los equipos modernos permiten ajustar los parámetros de exposición (como la energía y el tiempo de radiación) según las características específicas de cada paciente. Con ello, se logra suministrar una dosis mínima sin comprometer la calidad de las imagerie médicale o el tratamiento.
- Control de repeticiones: Para evitar repeticiones innecesarias de estudios radiológicos, es esencial que el personal esté bien capacitado y que los equipos funcionen de manera óptima. Esto asegura que las imágenes obtenidas sean de calidad diagnóstica en el primer intento.
Señalización y delimitación de áreas
Las instalaciones que utilizan radiación ionizante deben contar con una correcta señalización y control de acceso para proteger a quienes no estén involucrados en los procedimientos. Estas medidas incluyen:
- Señalización: Se deben colocar carteles visibles que indiquen zonas de riesgo radiológico y los niveles de exposición, advirtiendo a las personas de la necesidad de utilizar protección adecuada o evitar la entrada.
- Delimitación de áreas: Se debe restringir el acceso a las áreas donde se emplea radiación ionizante. Su uso se debe limitar al personal autorizado, lo que permite evitar exposiciones accidentales de terceros o del público general.
En conclusión, la radioprotección en el entorno clínico es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de profesionales, pacientes y entidades reguladoras. Aplicar los principios y las medidas de protección no solo garantiza la seguridad, sino también mejora la calidad de la atención médica.
Bibliographie
Clínica Universidad de Navarra (CUN). (n.d.). Radioprotección. Diccionario médico. Recuperado de https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/radioproteccion